Nace un plan para intentar prevenir los trastornos de ansiedad

Un 5% de la población sufre ansiedad generalizada. Los afectados apuestan por ir al foco del problema para hacerle frente.

Rosa Calvo ya es casi ex agorafóbica, ha logrado superar parte de sus miedos.
Nace un plan para intentar prevenir los trastornos de ansiedad
Guillermo Mestre

Hasta un 5% de la población sufre ansiedad generalizada, otro tanto está afectada por agorafobia con o sin trastornos de pánico y un 10% padecen fobias específicas. Aunque ya de por sí son unas cifras llamativas, pacientes y expertos reconocen que pueden ser mayores al ser frecuente la comorbilidad de varias enfermedades en una sola persona.

Conscientes de la realidad y del incremento de afecciones de este tipo, algunos afectados, enmarcados en el Colectivo de Afectados por el Pánico y la Agorafobia (Capaz), han impulsado un plan para la prevención de las patologías de la ansiedad. Su principal objetivo será ayudar a los ciudadanos a tomar conciencia del problema, "cuidarse, conocerse y hacer frente a lo que lo está provocando".

"Hay una ansiedad que es normal, la adaptativa a una situación concreta, pero no lo es cuando se hace patológica, cuando ocupa gran parte de nuestro tiempo y se manifiesta de manera generalizada o con crisis de agorafobia o fobias concretas", explica Isabel Fraile, presidenta de Capaz.

Los representantes de la entidad recuerdan que es la propia sociedad la que tiende a generalizar estilos de vida y de relaciones "teñidos de distintos modos y en diferentes grados por la ansiedad". Una presión social que ha recaído especialmente sobre las mujeres en los últimos años. De hecho, las estadísticas demuestran que hay el doble de mujeres que de hombres que padecen problemas de ansiedad.

Actualmente, el sistema sanitario "parchea" estos problemas, en muchas ocasiones, haciéndoles frente con la prescripción de medicación, cuyo consumo se ha disparado en los últimos años. Aunque los fármacos son necesarios en algunas situaciones, desde la asociación Capaz se defienden otras terapias enfocadas al propio conocimiento de la persona, tanto de sus límites como de sus capacidades o potencial para conseguir vivir con normalidad. "Hemos visto estas carencias y desde nuestra experiencia, es la que puede ayudar. Trabajar con otras terapias. Poner la atención en la manera de vivir. Qué es lo que causa el problema. Ir a la fuente del fuego", subrayan Isabel Fraile y Noelia Díaz, vicepresidenta de Capaz, que nació hace veinte años.

El plan se presentará mañana en una charla en el Centro Joaquín Roncal de Zaragoza (19.30), de entrada libre hasta completar aforo. Su primera iniciativa serán unos talleres en noviembre, que estarán dirigidos a las personas que crean que pueden ser capaces a desarrollar algún tipo de malestar relacionado con la ansiedad.

"He logrado libertad, no podía subir en un autobús o estar en un atasco"

Hay diferentes manifestaciones patológicas de la ansiedad, una de ellas es la agorafobia. Un trastorno que Rosa Calvo sufre desde hace veinte años y que asegura le obliga a huir de los espacios abiertos "Siempre tengo que saber dónde está la salida, las escaleras...", explica Rosa, de 57 años.

Su primer ataque de pánico fue con poco más de 30 años en un metro, pero después se han sucedido otros muchos hasta tal punto que su trastorno le impedía coger un avión, un autobús, pasar por un túnel, estar en un atasco o subir en un ascensor. "Ir a Ikea es algo, de momento, impensable para mí. La solución que me dieron es que no fuera y darme medicación", afirma. Pero la alternativa farmacológica solo consiguió crearle "lagunas en su vida". "Iba con tantas pastillas que hay viajes de los que ni me acuerdo", lamenta.

Reconoce que muchas veces la gente no entiende las limitaciones que desencadena esta enfermedad. "Me preguntan cómo puedo tener miedo de montarte en el tranvía si solo son un par de minutos, pero para mí son toda una vida", admite.

Recuerda que fue ella misma la que un día se plantó y buscó por internet alguien que le pudiera ayudar o, al menos, le entendiera. Encontró al Colectivo de Afectados por el Pánico y la Agorafobia de Zaragoza (Capaz). "Me comprendieron nada más exponerles lo que me pasaba", afirma. Tras asistir a terapia y eliminar parte de la "autoexigencia" que ella cree podría estar causándole este trastorno, ha encontrado "libertad". "Se me ha quitado el miedo, he conseguido subir en autobuses, ir por túneles, coger aviones... Con el tranvía, lo estoy intentando", concluye.

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