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A continuación presentamos un breve resumen de lo que es la agorafobia, la ansiedad y los ataques de pánico.
Preguntas fundamentales

  1. ¿Que es la ansiedad?
2. ¿Como reacciona nuestro organismo frente a la ansiedad?
3. ¿Que es una fobia?
4. ¿Que es un ataque de pánico?
5. ¿Que es la agorafobia?

¿Que es la ansiedad?

La ansiedad en sí no es mala. Como todo en la vida, el que algo sea bueno o malo, no depende de ese “algo”, mas bien depende de nosotros mismos. Es una respuesta adaptativa ante una situación que necesitamos responder de inmediato. No solo sentimos estrés cuando percibimos un peligro inmediato, también sentimos ansiedad cuando nos toca la lotería, o cuando logramos tener una primera cita con la persona que tanto nos gusta. Así el corazón comienza a latir mas deprisa, la respiración se acelera. La sangre se distribuye a los lugares de nuestro organismo donde les va a hacer mas falta, los músculos se tensan, comenzamos a sudar… todos esos síntomas, que ahora podemos llamar estrés o ansiedad, no son mas que una llamada para que reaccionemos de forma más eficaz.

Imagínese que usted es un estudiante, y que tiene un examen. Imagínese en el aula donde le van a examinar. Es una situación ante la cual tiene que responder, si quiere aprobar . Para dar una respuesta óptima, necesita cierto grado de activación, ansiedad, estrés o como quiera llamarlo. El problema se presenta cuando esa activación idónea que nos ayuda se convierte en nuestro enemigo y nos encontramos “bloqueados” ante el examen.
 La ansiedad comienza a ser un problema en el momento en el que nos impide realizar una vida “normal” y satisfactoria. Cuando sobrepasa ciertos límites, el estrés pasa de ser un aliado, a un elemento paralizante.

¿Como reacciona nuestro cuerpo frente a la ansiedad?

Normalmente nuestro sistema nervioso autónomo se encarga de que todo vaya bien en nuestro organismo, y lo hace maravillosamente bien. Es casi increíble la cantidad de procesos que se están realizando en nuestro organismo sin enterarnos. Nuestro corazón late a una frecuencia regular, al igual que nuestra respiración cuando no la hacemos consciente. Los riñones filtran la sangre, y así una impresionante cantidad de funciones que se desarrollan sin que intervengamos conscientemente.

           Para realizar este trabajo el Sistema Nervioso Autónomo, cuenta con la ayuda de dos subsistemas: el simpático y el parasimpático. Mientras que el primero es un activador que nos prepara para la actividad, el segundo es un inhibidor. Ambos son antagonistas, contrarios, y los dos sistemas mantienen un equilibrio bien ponderado. En ese sentido, la ansiedad no es un problema a corto plazo, ya que la activación del simpático siempre estará contrarrestada por el parasimpático, y bajará la reacción de ansiedad antes de que esta pueda hacernos daño. A largo plazo la ansiedad puede ser perjudicial como todo el mundo sabe.

Cuando el Sistema Nervioso Autónomo percibe una posible amenaza, ordena al subsistema simpático que pase a la acción da orden a las glándulas suprarrenales para que segreguen la adrenalina y noradrenalina, que son hormonas encargadas de dar mensajes a los diferentes órganos para que reaccionen.

¿Que es una fobia?

¿Tiene miedo a los perros?. ¿Y porqué no a los gatos?. ¿Por qué le resulta una tarea tan desagradable hablar ante muchas personas, y, sin embargo, está totalmente tranquilo cuando esta solo con un amigo de confianza?. ¿Y porqué algunas personas no pueden dejar que su brazo cuelgue de la cama cuando duermen?.

           Todo el mundo siente miedo, con mas o menos intensidad, focalizado a una situación determinada o no, ante un peligro real o imaginario. Sin embargo, en ocasiones el miedo deja de ser adaptativo, para convertirse en algo que nos impide llevar una vida “normal” (aunque usted es quien decide que es una vida normal y que no lo es). Cuando el miedo ha llegado a ese limite podemos hablar de “fobias”.

           Por lo tanto se puede dar una definición para fobia tan sencilla como aquel miedo que impide realizar y desarrollar nuestra vida tal y como queremos que sea.

  Actualmente se diferencian tres tipos de fobias; la fobia específica, la fobia social y la agorafobia. Cuando hablamos de fobia específica estamos hablando de un miedo focalizado a una fuente determinada o circunstancia específica. Sabemos de donde viene el miedo. Sin embargo este mismo criterio no se puede aplicar para la fobia social y la agorafobia. La fuente del miedo en ese caso no es algo tangible, que podamos ver, oír, oler o tocar. Para un observador externo, e incluso para aquellos que las padecen no parece que hubiera nada que realmente les causase miedo, ni siquiera ninguna razón real para sentirlo. Aquello que desencadena el miedo varía muchísimo de unas personas a otras, y tampoco se teme siempre a las mismas situaciones.
       
¿Qué es una crisis de angustia o un ataque de pánico?

Según el DSM IV (Un manual de clasificación diagnóstica utilizado por psicólogos y psiquiatras). Un ataque de pánico se define como la aparición temporal y aislada de cuatro (o mas) de los siguientes síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos:

  •  Palpitaciones, sacudidas del corazón o aumento en la frecuencia cardiaca.
  •  Sudoración.
  •  Temblores y sacudidas.
  •  Sensación de ahogo o falta de aliento.
  •  Sensación de atragantarse.
  •  Opresión o malestar torácico.
  •  Náuseas o molestias abdominales.
  •  Inestabilidad, mareo o desmayo.
  •  Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo, como si    se estuviese viendo una película).
  •  Miedo a perder el control o volverse loco.
  •  Miedo a morir.
  •  Sensación de hormigueo o entumecimiento.
  •  Escalofríos o sofocaciones.

Por paradójico que parezca, los ataques de pánico son resultado del miedo. Todo comienza con unas sensaciones, que interpretamos como desagradables. La angustia que sentimos ante esa misma situación hace que nuestras sensaciones se incrementen, se hagan más intensas. De nuevo las reinterpretamos y nos centramos en esas sensaciones, desencadenándose entonces pensamientos catastrofistas en los que la persona cree estar en peligro, formándose una espiral, una pescadilla que se muerde la cola. La espiral termina cuando la persona cree realmente que la situación está bajo control, o bien cuando escapa hacia un lugar seguro.

Una cosa que hay que tener claro es que un ataque de pánico está precedido por un pensamiento. Sin ese pensamiento no se desencadenará el ataque de pánico. Si la persona es capaz de producirse sus ataques de pánico, también es capaz de salir de ellos. Por supuesto ello no es tarea fácil. Si así fuese nadie tendría ataques de pánico.

¿Qué es la agorafobia?

Antiguamente, en la edad media. Los que eran perseguidos por la justicia podían refugiarse en las iglesias para evitar ser capturados por la justicia. De esta forma “se acogían a sagrado”. Los proscritos podían moverse a sus anchas por el interior de la iglesia porque allí tenían una seguridad. Este estado de seguridad se perdía si el individuo salía de ese recinto.

           El agorafóbico también se acoge a sagrado. Para él existen ciertos lugares o determinadas personas que permiten que su ansiedad disminuya rápidamente o incluso que desaparezca.

           Suele empezar con una crisis de angustia o ataque de pánico ante una determinada situación (el metro, el coche, en plena calle, en el trabajo…). Posteriormente, para evitar que esa crisis se repita, el agorafóbico deja de frecuentar el lugar donde se desarrolló la primera crisis. Porque existe un miedo a que esa situación se vuelva a repetir. Se desarrolla una ansiedad ante la posibilidad de tener otro ataque. Con el tiempo es posible que la persona comience a generalizar su miedo a otras situaciones (se va acogiendo cada vez mas a sagrado) hasta que su vida va tornándose cada vez mas limitada.

           Por lo tanto la agorafobia es un conjunto de fobias, un conjunto de miedos que se desencadenan cuando la persona no se halla en ese lugar seguro. La persona sabe que su miedo es irracional, pero en el fondo no se termina de creer que no le ocurrirá nada fuera de ese lugar seguro, por muchas veces que intenten repetírselo. Explicar la teoría es muy fácil, otra cosa es llevarlo a la práctica. Pero hay que tener en cuenta que los procesos de las personas son diferentes, y que cada uno tiene su propio ritmo.